Medios estadounidenses y chinos han destapado que la flota que Estados Unidos anunció que se dirigía a la península de Corea para disuadir al régimen de Pyongyang nunca llegó a su destino. Es más, navegó en dirección contraria y se dedicó a maniobras conjuntas con Australia.
La farsa se ha mantenido durante 10 días sin rectificación y pone en duda el rigor de la estrategia militar estadounidense en uno de los conflictos más impredecibles del mundo.
Ahora sí, el portaaviones nuclear estadounidense Carl Vinson y su grupo de ataque se dirigen hacia la península coreana. Esto es, 10 días después de lo que habían anunciado la Casa Blanca y el Pentágono. Está previsto que llegue a Corea a finales de abril, según fuentes militares surcoreanas citadas por la agencia local Yonhap.